Hollywood se ha convertido en una máquina de sueños donde cada película que genera puede transformar a sus protagonistas en estrellas de un firmamento en el que el glamour y la belleza son condiciones indispensables. La Meca del cine se ha convertido, a ojos de los profanos, en el olimpo de los dioses, pero tras sus bambalinas, los guionistas estadounidenses han mostrado al mundo parte de sus miserias.
Tras tres meses de huelga, los guionistas de cine de Hollywood acordaron el 10 de febrero poner fin al conflicto laboral que les enfrentó con los grandes estudios, poniendo fin a una situación en la que, sobre todo, se temió que afectara la celebración de la gala de los Oscar, prevista para el próximo 24 de febrero. Los líderes del Sindicato de Guionistas de EEUU (WGA) anunciaron, para alivio del mundo del cine, su apoyo por unanimidad al “principio de acuerdo”, cuyo texto fue respaldado por sus miembros.
Patric Verrone, presidente de la zona oeste de WGA, solicitó a los componentes del gremio que ratificaran el nuevo contrato de una duración de tres años, y de esta manera aprobar el final de la huelga. Uno de los grandes escollos en estas largas negociaciones entre el gremio y los grandes estudios de Hollywood, representados por la Alianza de Productores de Cine y Televisión, han sido las compensaciones económicas por los trabajos distribuidos a través de internet.
Para cubrir la principal reivindicación de los guionistas, el nuevo contrato dobla los derechos de autor en las películas o series vendidas por internet. En cuanto a la difusión gratuita, el contrato de tres años de duración estipula que los guionistas recibirán un pago fijo de 1.200 dólares al año por cada hora de contenidos difundidos por internet durante los dos primeros años, seguido del 2 por ciento de los ingresos percibidos por el distribuidor el tercer año.
“La razón de esta huelga fue la de asegurarse la cobertura de internet, que no se convirtiese en una zona no regulada, y creo que lo logramos”, manifestó Warren Leight, productor ejecutivo de la serie “Ley y orden” al periódico Los Ángeles Times.
Para Patric Verrone este acuerdo es “el mejor trato negociado por el sindicato en los últimos 30 años”, aunque reconoció algunos “vacíos”. Por su parte, Michael Moore, cineasta y miembro del sindicato, describió el acuerdo como capital en la historia de las disputas industriales estadounidenses.
La huelga, secundada por 10.500 guionistas de televisión y cine desde el pasado 5 de noviembre toca ya a su fin, con lo que se espera la vuelta al trabajo de miles de personas involucradas. Finalmente, podrán respirar tranquilos muchos de los directores y productores de populares series de televisión, se volverán a poner en marcha proyectos cinematográficos que tuvieron que ser aparcados, y la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood se desprende del negro nubarrón que cernía sobre su cabeza.
Este paro se ha convertido en uno de los más largos y dañinos de la historia de la industria del entretenimientos estadounidense. Más de 60 series y programas de televisión, muchos de ellos establecidos en horarios de máxima audiencia, se vieron forzados a retrasar e incluso suspender su producción, lo que causó pérdidas por valor de cientos de millones de dólares. Igualmente, el conflicto provocó la anulación de la ceremonia de entrega de los Globos de Oro.
LOS GUIONISTAS, FABRICANTES DE SUEÑOS
El inicio de la huelga tuvo como origen la escasa asignación económica que perciben los autores de los diálogos en la pequeña y gran pantalla, además de la poca consideración por parte de la industria. Mientras los actores se lucen con sus frases y reciben la admiración de los espectadores, los guionistas apenas pueden ver sus nombre en los créditos.
El presidente de WGA en la costa oeste de EEUU, Patric Verrone, lo dejó muy claro al principio de iniciarse la huelga: “Nuestra posición es muy simple y justa: cuando el trabajo de un escritor genera ingresos para las compañías, merece ser pagado”.
Las primeras series que se vieron afectadas por la huelga fueron las populares “The Tonight Show”, “The Conan O´Brien Show”, “Colbert Report” o “The Daily Show”, programas que se emiten cada noche durante los días laborables.
Además de los lastres económicos que ha generado la huelga de los guionistas en Estados Unidos, también hay que resaltar el hito que ha marcado este conflicto laboral. Los 10.500 guionistas que se negaron a trabajar el pasado 5 de noviembre, cuatro días después del vencimiento de su antiguo contrato, hicieron añicos 20 años de paz en Hollywood.
Después de este proceso vivido por los trabajadores del sector y las empresas cinematográficas y de televisión, Hollywood ha descorrido uno de sus telones para dejar al descubierto las desigualdades existentes entre aquellos que se llevan la gloria del celuloide y los que fabrican el material con el que es posible construir los sueños.
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